La historia de Clover, una joven introvertida marcada por la muerte prematura de sus padres en un accidente de tránsito cuando era niña. Criada por su abuelo, desarrolló desde pequeña una curiosidad por el significado de la muerte en distintas culturas y religiones.
Tras la pérdida de su abuelo, Clover se convierte en doula de la muerte. Acompaña y asiste a personas en sus últimos momentos, permitiéndoles transcender de la mejor forma. Esto la lleva a aprender de sus «Arrepentimientos», «Consejos» y «Confesiones», los cuales registra en un cuaderno. Este libro desafía el tabú que rodea a la muerte, ofreciendo una perspectiva única y reveladora.
Clover y su primera experiencia con la muerte
Su primera experiencia cercana con la muerte fue en la escuela, al presenciar el fallecimiento de su maestra. Más que temor, esto despertó su curiosidad. Luego vino la tragedia de sus padres, criándose desde entonces con su abuelo, un hombre del que atesora bellos recuerdos. Pero él muere mientras ella viaja por Asia estudiando las diversas perspectivas culturales sobre la muerte.
Más tarde, enfrentó la muerte prematura de sus padres y vivió con su abuelo, quien la cuidó amorosamente. Sin embargo, la pérdida de su abuelo mientras ella estaba en Asia estudiando las diversas perspectivas culturales y religiosas sobre la muerte la llenó de culpa.
Doula de la muerte
Lamentando no haber estado en sus últimos momentos, se convierte en doula de la muerte. Tan absorta en su labor que se aísla de los vivos, solo cercana a un vecino, amigo de su abuelo. Hasta conocer a Sebastián en un «café de la muerte», reuniones para hablar del tema. Estos cafés eran espacios donde las personas compartían sus experiencias sobre la muerte y el duelo. Aunque incómoda, él persiste en acercarse.
Su historia nos ayuda a vencer tabúes sobre la muerte de forma amena. Comienza con su primera conexión infantil, sigue con la tragedia familiar y culmina con su decisión de asistir a otros en sus tránsitos finales, pese a su tendencia al aislamiento.
Clover siente que mucha gente no logra entender ni aceptar su trabajo. Por eso, siempre miente sobre él y oculta esa parte de su vida para evitar preguntas incómodas.
Su trabajo consiste en acompañar a personas que están muriendo, ya sea porque no tienen a nadie más o porque sus familiares no pueden hablar de ciertos temas prácticos. Puede ser un momento emotivo y cada persona lo enfrenta de manera distinta.
Luego, a través de Sebastián, Clover conoce a la abuela de él, Claudia. La señora es una mujer muy interesante que inspirará a Clover a hacer algunos cambios en su vida. Claudia la invita a navegar por caminos inexplorados de la amistad y el romance. Todo esto lleva a Clover a cuestionarse qué es lo que realmente quiere y a llenarse de valor para luchar por ello.
Como mencioné antes, Clover lleva tres cuadernos: «Arrepentimientos», «Consejos» y «Confesiones», donde anota todo lo que sus clientes le cuentan antes de morir. Ella consulta con frecuencia el cuaderno de los arrepentimientos para honrar a sus clientes fallecidos. Es decir, trata de realizar alguna actividad que ellos no pudieron hacer en vida.
Más adelante, Clover emprende un viaje en busca de un antiguo amor de Claudia y en ese viaje conoce a Hugo, quien se convierte en una persona importante para ella.
El libro transmite un bonito mensaje a mi parecer: muchas veces nos olvidamos de vivir la vida, dejando que las culpas y los arrepentimientos nos invadan o bloqueen para vivir la vida que realmente queremos. Todos tenemos sueños y no debemos olvidarnos de ellos a pesar de las dificultades. Tratemos de vivir una vida plena para que cuando llegue la hora de partir, nos vayamos sin remordimientos y convencidos de haber vivido la vida que queríamos.
Esta novela también me hizo reflexionar más sobre la muerte y lo que se puede hacer para que sea menos solitaria para quienes no tienen familia o gente a su alrededor. Creo que todos deberíamos estar mejor preparados no sólo para nuestra propia muerte, sino también para la de las personas que nos rodean. Saber acompañar a alguien en ese momento sería de gran valor. Pero cuando un ser querido se acerca al final, solemos verlo más desde nuestro propio sentimiento de pérdida y nos olvidamos de lo que la persona puede estar atravesando.
Me quedó resonando esta frase: ¿qué sentido tiene darle a alguien una muerte hermosa si no puedes darte a ti mismo una vida hermosa? Todos deberíamos esforzarnos por vivir de forma plena y sin arrepentimientos, para poder partir en paz cuando llegue el momento.